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_¿De cuándo acá le ha venido la vocación?; pues de seguro que no será desde hace mucho tiempo. _Antes de ayer me lo manifestó. _¡ Ja, ja!. Hace unos cuantos días le ví pasear en la Alamedilla de Salamanca y ¡vamos! que no iba poco orgulloso con una hermosa... Detrás venían otros amigos con otras, pero ¡ca! ninguno le igualaba a él y ninguna se podía comparar con ella. Al vemos me dijo: ¡Adios!. Y yo le respondí con la sonrisa en los labios; pero ¡vaya, vaya!. .. ¿Con que ese sacerdote?. ¡Bueno, bueno!. .. Toca el reloj la una, así que vamos para allá y durante la comida os contaré lo que el forastero me ha manifestado. Los tres dejaron los asientos y marcharon impregnados de paz y un transfondo de satisfacción y gozo. Dña. Consuelo, sin que ella lo advirtiera, se encontraba como transformada. Sus ojos, como si destellaran hermosa luz; su rostro irradiaba un halo muy bello e indescriptible. Se hallaba rebosante de alegría. Pensaba que se iban a cumplir algunos de sus grandes anhelos; que se realizarían los móviles principales nada menos que de su aceptación para su propio matrimonio: tener hijos consagrados a Dios, a María Santísima y a la salvación del hombre. ¡Cuántas y cotidianas oraciones y no menos sacrificios!. Dña. Consuelo estaba firmemente convencida de haber sido escuchada y atendida: El Sagrado Corazón de Jesús ha elegido y llamado para el sacerdocio a Celestino... ¿Su hijo Celestino Sacerdote?... ¡Qué inmenso gozo!. .. ¿Semejante al de Ana la madre del profeta Samuel?... ¿Cómo el de Isabel madre del Bautista y prima de la Santísima Virgen María?...¿Parecido al de los -36-