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¿por qué nosotros nos hemos de oponer a ello?. Ya nos dará fortaleza para sufrir con paciencia y, a la corta o a la larga, llegaremos a ser lo que Él quiera que seamos. _Tienes razón, Celestino; mas, he oído en no pocos sermones que el que se pone en el peligro, en él perecerá. _Cambia el verbo PONER en AMAR y resultará cosa muy distinta, que es sin duda lo que muchas veces habrás oído. _¡Bueno!. Sea esto como quieras: ¿tú ya se lo has manifestado a tus padres?. _Pienso hacerlo muy pronto. _¿ Cómo has pasado tanto tiempo sin decírselo?. _He aguardado a que se cumpliera la promesa de tu desengaño; pues no quiero, Ángel, irme sin llevarte a tí. _Celestino, por estas frases has manifestado, sin pretenderlo, que me amas con amor de verdadero hermano. Te prometo que seguiré tus pasos en cuanto de mí dependa. _No hacía falta que lo prometieras; lo tenía por cierto. Y prosigo con lo que hablábamos. Te comunico que mañana, Dios mediante, muy disimuladamente trataré de explorar los ánimos y manera de pensar de mis padres tocante a este asunto. Aunque espero obtener resultados satisfactorios, para tener más acierto en mis palabras, imploraré el auxilio del Corazón Eucarístico de Jesús y María Santísima, y comulgaré mañana. _¡Ay!. Yo te acompañaré, Celestino. _Tanto mejor, Angel. _¿Y a qué hora hay que ir?: porque yo tengo -18-