BCCCAP00000000000000000000762

"V amos todos con pres,teza a adorar al Redentor a rendirle nuestra ofrenda: Los primeros nos llamó. Nuestro don será aunque pobre, la mejor prenda de amor, que más don Él no apetece, que el de un puro corazón". Una de las criadas había cerrado la puerta de la cocina, y ya D. José comenzaba a subir las escaleras. Al lado derecho del final de las escaleras se encontraba el oratorio. Y al abrir su puerta con lo primero que topaban los ojos era con un lindo nacimiento, con sus montañas de fuerte papel arrugado, formando los picachos, cubiertas de verde y salpicadas de blanquísima harina cual si fuera nieve, las otras ya pintadas de color parduzco que remedaban el esqueleto de la roca viva, de una de éstas salía un río formado por papel de estaño que serpenteaba por todo el nacimiento; en él nadaban patos y gansos y bebía sus cristalinas aguas una vacada que guardaba un vaquero por aquellos campos verosímiles; a la diestra de este río y al pie de la montaña se levantaba un pueblecillo y al extremo contrario la ciudad de Jerusalén con sus murallas y palacios cuyas ventanas formadas también con papel de distintos colores semejaban las vidrieras de nuestras antiguas catedrales; unas figuras de militares guardaban las entradas de los edificios, también de pasta o cartón; no faltaban los caminos y fuentes y hasta una poza en cuya orilla se veían lavanderas; y para decirlo con una -205-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz