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también los días de Año Nuevo, Reyes y Pascuas de Resurrección y Pentecostés. A la tarde tendremos proyecciones de costumbres regionales españolas. Y en algún día de Navidad representaremos una obra teatral sobre la venida de Jesucristo y su nacimiento en Belén. El día de los Santos Inocentes será el más divertido y después de echar por la mañana dos o tres sainetes, se representará por la noche una comedia de risa. Se colocará en medio del salón el árbol de Navidad colgando sobre sus ramas objetos que luego se rapartirán entre todos los niños. Y para terminar les diré que, gracias a los bienhechores, abundará el turrón y los dulces. No pueden figurarse lo contentos que estamos todos y lo divertido que lo pasamos sin abandonar por eso los ejercicios cotidianos de piedad. Aquí se hermana verdaderamente la diversión infantil, la instrucción y la piedad. Cesó D. José de leer diciendo: _Después nos felicita las Pascuas y nos comunica que ha recibido algunas cositas que le enviamos. Como veis, está contentísimo... _¡Cómo no! -exclamó Jesús- no fantándole nada... _¡Bueno! -continuó D. José- cada cual coja el don que ha de ofrecer al Niño Jesús y vamos pronto. La servidumbre de D. José se dispersó por la casa, en tanto que los de Dña. Remedios en la misma cocina recibían de manos de una criada lo que sacaban de la gran cesta que habían llevado. A los pocos minutos estaban todos en la cocina y en dos hileras, diecisiete en cada parte, y a la cabeza D. José, comenzaron a desfilar devota y alegremente al son de los instrumentos y cantando: -204-