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Amadísimos padres y hermana Cesarita: El Divino Infante los colme de gracias y bendiciones. Como les había dicho en otras cartas estoy contentísimo y me considero como el pez en el agua y el ave en los espacios; y baste de preámbulos, pues quiero indicarles algo de las fiestas que celebramos aquí los niños. El día de la Inmaculada tuvimos una solemnísima fiesta. Nos despertamos al son de la gramola; se cantaron motetes en la misa de las ocho y en la de las doce interpreamos la Misa del Maestro Perosi acompañada de orquesta. Por la noche tuvimos una velada, en la que se puso en escena una Zarzuela; en fin, que la fiesta resultó animadísima. Los días 21 al 23, tendremos los exámenes y terminadas de leer las notas, con qué alegría serán recibidas las palabras del R. Padre Director al anunciar que desde aquel instante comenzarán las vacaciones. También se pondrá en pantalla una colección de proyecciones que versarán sobre las fiestas de Navidad y por la noche tendremos sesión de radio; pero, mucho más que todo eso, me gustarán las danzas y músicas de algunos niños. A las doce de la noche cantaremos la misa del Gallo y comulgaremos en ella. A las siete de la mañana nos volveremos a levantar y en la misa de las nueve cantaremos muchos villancicos. A media mañana iremos cantando a la celda del P. Baltasar, director del colegio, y nos acompañará hasta el salón donde le felicitaremos con algunos discursos y poesías, y él corresponderá con: turrón, vino blanco, galletas, caramelos, etc. Es una costrumbre que se repite -203-