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_Ángel, he recibido carta del P. Director del Colegio de El Pardo y me dice que le parece muy bien lo que decía en la que le escribí; exceptuando lo tuyo. _j Válgame el Cielo!. Pero, Celestino, ¿no da ninguna razón?. _Solamente dice que para entrar en un Colegio, como es el de El Pardo, se necesita el consentimiento paterno. _¿Nada más pone eso?. _Tocante a tí nada más. _Y si tú te marchas amigo mío, ¿qué he de hacer yo?. _Hombre... Te voy a decir una cosa que no he querido manifestarte hasta no haber tenido contestación del R. P. Director. Y es que, cuando estuve en Salamanca el otro día, consulté tu caso con varios religiosos; uno era Capuchino, otro Jesuita, y también a un Carmelita. _ya los Dominicos ¿no preguntaste?. _También. _y ¿qué te dijeron?. _No convenían en todo. Pero el Capuchino me dijo, que si tratara de entrar en otra Orden distinta de -123-