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_Mandar... puede ser que lo manden; pero no creo que exijan el que se saque agua; y nada dirán por ello porque... a no ser un milagro... _Ahí está el quid, que no se puede y lo exigen sin que se obre ningún milagro. _Pues, padre, sencillamente, le digo que no lo creo. Y si lo hacen es algo semejante a lo que mandó S. Francisco a dos novicios: Plantar las berzas al revés, raices al aire y las hojas en tierra; uno de los novicios obedeció y se verificó el milagro, las berzas prendieron y crecieron. El otro novicio puso reparos y S. Francisco le dijo "que no tenía vocación, porque no había obedecido". _Y ¿no crees tampoco que hacen embarcarse para tierras lejanas y les dejan allí que se las arregle uno como pueda?. _Para que se las arregle como pueda... jamás he oído semejante cosa. _¡Hombre!. ¿Con que no has oído que mandan ir a Misiones?. _¡Ah!. Es cosa muy distinta... y tampoco es cierto que los abandonen; pues lo único que suelo yo leer· del "Mensajero Seráfico" son las cartas de los misioneros, y por ellas veo que están en continua comunicación con los superiores de España. _Pero mira que, si te metes Capuchino y te mandan a Misiones, aquellos indios son antropófagos y... muy bravos. _El Mensajero ha traído la muerte de varios religiosos; una vez contaba que uno se había ahogado al pasar un río, y otra vez hablaba de cierto misionero que había muerto por paludismo, y así otros; pero todavía no he leído en él que algún Capuchino haya -98-