BCCCAP00000000000000000000762
retratos de él con los indios; pero no se porta así el hijo que tengo en Barcelona: nunca me escribe, ni me manda nada, ni siquiera RECUERDOS; y, si sé que vive, es porque otras personas me lo dicen por medio del tío Juanito. ¡ Ya ven!. _Pero también vemos, -contestó el padre- que tú no tienes fuerzas para llevar una vida tan austera. _Creo que estoy bastante desarrollado para abrazar la vida de un anacoreta. ¡ Cuánto más Capuchino!. _Hijo mío, tú estás acostumbrado a una vida regalada y te será imposible el andar descalzo y con un hábito tan burdo. _Otros muchos más delicados que yo han andado así y vestido ese hábito, como nos contó aquel fraile. Además la costumbre hace una segunda naturaleza. Así que por ese lado, madre... _¿Y te resignarás tú a guardar vacas y otros ganados, que es lo que suelen hacer para probar si uno vale para Capuchino?. _Padre, eso será una fábula, por no decir que es invención de usted; con todo, le digo que si me mandaran, lo haría con sumo gusto. _¿Y, con sumo gusto comerás también la berza?.-Preguntó D. José- _Bien sé que eso y legumbres es el alimento casi cotidiano de los Capuchinos; y, aunque ahora no me gusta, comiéndolo, poco a poco con el tiempo no me desagradará y me sabrá hasta sabroso. Miren lo que me ha sucedido con el tomate; hace tiempo no lo podía ver y ahora ya... si me presentaran uno aquí mismo... hasta crudo me lo comía. -96-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz