BCCCAP00000000000000000000758

108 No he podido averiguar en qué fecha cumplió él tal propósito; de lo que sí hay datos y pruebas es de que por la segunda quincena de este memorable mes de julio un grupito de personas de la capital montañesa estaba ya actuando como si fuera comisión nombrada por el prelado para entender en el «asunto Garabandal» 32. Según nuestros informes, el grupo constaba de tres sacerdotes, como peritos en disciplinas -eclesiásticas, y de dos seglares, expertos en ciencia médica. Los sacerdotes eran don Juan Antonio del Val 33, don Francisco Odriozola 3 4 y don José María Sáiz 35, «el mejor teólogo de todos ellos», según opinión de bastantes sacerdotes montañeses. El canónigo de Tarragona, don Julio Porro, da también a don Agapito Amieva, Provisor del Obispado de Santander, como miembro de la Comisión; pero no he podido comprobarlo. Los médicQs eran el doctor Morales y el doctor Piñal, muy conocido psiquíatra el primero, y anestesista el segundo; ambos, con residencia y consulta en Santander capital 36. Para que el lector tenga ya un mejor «cuadro de referencias» sobre esta comisión episcopal (y aunque sea, en parte, adelantar acontecimien– tos), quiero insertar aquí cierta información que me acaba de llegar. El 8 de mayo de 1968, al año exacto de la trágica muerte de monse– ñor Puchol Montís (el obispo que había dicho a Garabandal el no que parecía definitivo), dos beneméritos sacerdotes firmaban , .un «Dossier , >~ 'I 32 Parece que esta Comisión surgió más por iniciativa del Rvdo. don Francisco Odriozola, que por voluntad del prelado diocesano. En un principio se habían toma– do las cosas de Garabandal como de poca monta, no dignas de concederles atención oficial; y se esperaba que pasara pronto aquella «fiebre» o histeria. Por otra parte, aquel asunto enojoso llegaba muy inoportunamente, cuando don Doroteo Fernández extremaba su tiento en las cosas de la diócesis, porque andaba buscando el quedarse en Santander como obispo titular o residencial. Se e.ludía el compromiso... Hasta que llegó un momento en que don Francisco Odriozola con– venció al señor administrador apostólico sobre la necesidad de tomar cartas en el asunto. Parece que Mons. Fernández le dijo a Odriozola, que se escogiese 'él mismo personas competentes, y que empezasen a actuar.. . Sobre todo esto de la Comisión, sus métodos de trabajo, fondo documental, razones de su postura, etc., debería hacerse un estudio a fondo; pero el acual pre– lado santanderino (1970), don José María Cirarda, pone dificultades insuperables... 33 Don José María Cirarda llegó como obispo a Santander en el verano de 1968; poco más tarde nombraba a don Juan Antonio del Val Gallo, vicario general de la diócesis; no duró mucho en este cargo, pues meses después era designado obispo auxiliar de Sevilla, con residencia en Jerez de la Frontera. Cirarda y del Val fueron condiscípulos en la Universidad de Comillas (Santander). Don Juan Antonio del Val venía actuando con el doctor Morales, como asesor de su clínica psiquiátrica. Ultimamente, diciembre de 1971, ha sido nombrado obispo de Santander: ¡sexto prelado de esa diócesis en menos de once años! 34 Ya queda dicho que se trata de un sacerdote de la ciudad de Santander, profesor y canónigo. 35 También profesor y canónigo en Santander. Murió repentinamente el 22 de octubre de 1%4, mientras celebraba la santa misa en la capilla de las Esclavas del Sagrado Corazón (calle Pérez Galdós) de Santander. 36 Don Luis Morales había heredado de su padre, don Mariano, una clínica psi– quiátrica, muy famosa en Santander. Don José Luis Piñal Ruiz Huidobro, entonces trabajaba como anestesista, aunque parece que había actuado también, durante breve tiempo, con el psiquiatra doctor Aldama. En carta reciente del también doctor santanderino don Celestino Ortiz, me he encontrado con un tercer médico, como miembro de la Comisión: el doctor Peláez; mas parece que este doctor Peláez, de Valladolid, más que miembro de la Comisión, fue un «perito» con el• que la Comisión contó alguna vez. Estuvo por lo menos en Garabandal· la noche del 22 de agosto, según luego "Se dirá. •

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz