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Se fue con prisas a la montaña 57 Nos llevaron luego a la sacristía, y un Padre, que se llama don Fran– cisco Odriozola 22 , nos preguntaba una por una. Y después le decía a la gente lo que nosotras le habíamos dicho. ... Así terminó el día 2, domingo: ,:día muy feliz, porque habemos visto por primera vez a la Virgen! Porque CON ELLA ESTAMOS TO– DOS, SIEMPRE QUE QUERAMOS». Ninguna conclusión mejor que ésta para el gran capítulo de una nueva Visitación de María. Ella no deja de estar con nosotros. Y nosotros podemos estar con Ella, «siempre que queramos». Por la fe y por el amor, por la atención y la imitación. Nada im– porta tanto como esto: importa bastante más que las mismas aparicio– nes; y éstas no servirían de ;nada, si a ello no nos llevasen. «¡Bienaventurada tú, que has creído!», se dijo a María en el día de su Visitación (Le. 1, 45); y nosotros, sus hijos, le haríamos poquísimo honor si no nos esforzáramos por merecer, por encima de toda otra bienaventuranza, ésta primera de la FE. * * * ¡2 de julio de 1961: Día del Señor -domingo- y día de una nueva Visitación de la Virgen... Andando el tiempo, seguramente la Liturgia católica repetirá a propósito de este 2 de julio en Garabandal lo que ya dice cada 11 de febrero para honrar lo de Lourdes: «Hoy la gloriosa Reina del Cielo apareció en la tierra. Hoy dio a su pueblo palabras de salvación y prendas de paz. Hoy coros de ángeles y de fieles, exultantes de gozo, celebran su inmaculado Misterio» (Antífona de Vísperas). 22 Este sacerdote residía en la ciudad de Santander; a:gún tiempo después fue nombrado canónigo de su cabildo catedral. Ha sido uno de los que más han inter– vynidq en el «proceso» de Garabandal, y su nombre estará siempre unido a la h1stona de estos sorprendentes sucesos.
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