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Se fue con prisas a la montaña 535 El día siguiente, por la tarde, en medio de la expectación de todos por lo que fuera a ocurrir, la pobre mujer parecía más tranquila y hasta contenta. Pero cuando las dos señoras de Santander fueron a despedirse, la tarde del domingo, día 20, la encontraron de muy diverso talante. Estaba escribiendo y, al verlas, recogió apresuradamente los papeles. - Yo no escribo a nadie; únicamente a mi hermana. -Pues siga, por favor, no queremos interrumpirle. -No, no me interrumpen. Pasen... Hoy le he dado una paliza a Mari Cruz. La he reñido muchísimo. Porque es tonta. Porque en vez de dar explicaciones. cuando le dicen algo, se calla... Bueno, y cambiando de conversación: ¡Vaya tontería que hizo Con– chita anteayer! Eso lo hago yo cuando qui.era... Nada, todo es mentira. Lo que debía hacer. yo es ir donde el señor Obispo a contarle todo 12 • -Nos parece muy bien. A él es a quien se le deben decir las cosas, no a los demás. - ¡Ya hubiera ido yo, si tuviese coche a la puerta, gente gorda en mi casa y grandes fincas que vender! Entonces, sí, entonces ya tendría con qué viajar. . -Si es por eso, mi coche está a su disposición: yo la llevo hasta el señor Obispo. O, si prefiere, ahí est.á Pláddo, que seguramente la llevaría también. -Miren, ése es la única buena persona que sube por aquí. Y les voy a decir una cosa ( con la mayor excitación): c;_ue si no vinieran ustedes, ni nadie, esto se habría ya acabado. -Nosotras no hemos intervenido en esto para nada. Venimos a re– zar ... y si hemos hablado con las niñas, nos hemos contentado con lo que ellas han querido decirnos ... -Entiéndanme. Es que si ustedes no subieran, ella no tendría por qué hacer esas cosas, y ya se habría acabado todo. Porque ustedes, de una cosa que no es, quieren hacer que sea... Mi hija es sincera y dice la verdad. -Bueno, Pilar: Cuando empezó, aquí nadie subía, ni sabíamos si– quiera _que existiese el pueblo. Entonces, ¿por qué inventaron esto?, ¿para engañar a quién? -¡Ah! Yo no sé. Pero al principio mi hija tambié.n decia la verdad; yo la creía, y también ahora, ¡porque es sincera! -Al principio, Mari Cruz decía la verdad y ahora también, porque «es sincera». Al principio décía que veía, c;,hora. dice que nunca ha visto ... ¿Dónde está la verdad? -No lo sé. Pero mi hija es sincera; antes y ahora... Unicamente, si viniese el milagro... 12 No tardó Pilar en tener ocasión de ir a contarle al obispo... Cuando días más tarde, el 24 de junio, el P. Laf::ineur y sus acompañantes se detuvieron en Santander para presentar sus respetos al obispo y pasar por la Co– misión, supieron que también Mari Cruz y su madre andaban por allí, y que se habían entrevistado largamente con el canónigo Odriozola. Este las llevó donde el señor obispo... y en su presencia, como demostración palpable de que todo en Garabandal había sido falso, Mari Cruz se puso a hacer un "éxtasis". La cosa debió de resultar tan emocionante que antes de un minuto, el señor obispo cortó el «trance» diciendo con disgusto: «Bien, ya es suficiente.»

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