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518 ingleses, cuatro italianos, y algún que otro representante de otros países de Europa y América.» Debía de haber bastantes sacerdotes, pues solamente los de sotana, bien visibles, llegaban a diez. Los coches particulares, con las más varias matrículas, inundaban el pueblo y sus alrededores. Llamaban especialmente la atención, y no sólo por su tamaño, los vehículos con equipo técnico del NO-DO espa– ñol 11 y de la Televisión italiana (en el grupo de ésta se movía, particu– larmente activo, el conocido actor Carlo Campanini). ¿Cuál era el talante de aquella multitud? El sacerdote belga-francés Padre Laffineur nos dice en «L'Etoile dans la Montagne», págs. 67-68, como testigo de vista: «En general, su comportamiento fue ejemplar, mostrándose piadosa, mesurada, penitente. Comuglaron muchísimos en las tres misas que hubo por la mañana en la iglesia del pueblo 12 .•. »De cuando en cuando, podía distinguirse algún rostro- que desento– naba, el de alguien que pudiera estar allí sólo para espiar, o para servir extrañas causas. Había, sin duda, emisarios de la Comisión de Santan– der, agentes de Policías extranjeras, y ¡hasta algún enviado del ridículo ex-Padre Collin, "Clemente XV"! 13 » ¿Cómo fue pasando toda aquella gente las interminables horas de la espera? Desde luego, con menores molestias y apreturas que cuando aquella otra congregación de la esperanza, del 18 de octubre de 1961. Esta vez no era tan grande la afluencia, y el tiempo era mucho mejor. Pero había abundante proporción para ejercitar la paciencia, o prac– ticar la penitencia. El enviado especial del semanario barcelonés «¿Por qué?», señor Poch Soler, escribió en un interesante reportaje 14 : «Desde Cossío hicimos el viaje a pie, a lo largo de siete kilómetros, siempre cu.esta arriba, llegando a Garabandal sobre las dos de la ma– drugada del día 18. » ¡Insólito y espectacular! El jaleo monumental de albergar a cen– tenares de peregrinos en un pueblín de poco más de cuarenta casas ya había cesado cuando llegamos nosotros; la gente dormía: en los qui- 11 NO-DO (Noticiario-Documental) era el servicio oficial de noticias en imagen. Su importancia fue decayendo a medida que subía el uso de la televisión. La pre– sencia del NO-DO en Garabandal se debió a gestiones de una joven señora sego– viana domiciliada en Madrid, Paloma Fernández-Pacheco de Larrauri. Ella, que ya conocía bien el pueblo, acudió de nuevo allá para este 18 de junio, con su hermana Fuencisla, residente ahora en Brasil. 12 Don Aniano Fontaneda, de Aguilar de Campoo (Palencia), escribía el 26 de junio al P. Ramón María Andreu: «Estuve el 17 y 18 en Garabandal y vi a sus familiares y gran número de conocidos. Se perdió usted un gran día, pues resultó todo maravilloso. Aunque don Valentín me dijo que no habría misas en el pueblo, si los sacerdotes no llevaban por escrito permiso para celebrar, el hecho fue que tuvimos varias misas, con más de mil quinientas comunes; no le digo más que se acabaron las formas por dos veces.» 13 Ya hemos hablado de él con motivo de la visita que hizo a Garabandal el 22 de.agosto de 1963. 14 Este reportaje no se publicó en el semanario hasta abril de 1966; puede leerse en los números 291 y 292. Tiene una introducción que dice así: Al escribir esto he procurado en todo momento hacerlo sin el desenfado y la ligereza periodística que a veces solemos emplear para otros temas de la calle... Nos limitaremos a relatar los hechos tal como los vimos; a transcribir todo cuanto oímos. Y todo ello con la mayor objetividad posible.

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