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Se fue con prisas a la mor.taña 51 «Ese día hablamos con la Virgen mucho, y Ella con nosotras. Le decíamos todo» 10. «Cuando las videntes llevaban un rato en el éxtasis, su rostro fue cambiando totalmente de expresión. La posición que tenían era de cara hacia arriba, hacia los Pinos; a la derecha, María Dolores; en medio, Conchita y Jacinta; a la izquierda, Mari Cruz. Yo estaba al lado de esta última. Todas tenían rosarios en sus manos y empezaron a contar a la Virgen las cosas que hacían: se les oía perfectamente, aunque hablaban muy bajito... En un momento dado, María Dolores enseña los dientes: se supo después que la Virgen le había dicho que los tenía muy bonitos. A continuación, Conchita abre la boca y tuerce de una manera especial los labios: se supo después que quería mostrar a la Virgen una muela que tenía picada... En otro momento, la Virgen debió de preguntarles por don Valentín, porque ellas dijeron que "era feo, pero muy bueno"; esto lo oyó el mismo don Valentín, además de otros que estábamos cerca. Y o les oí hablar de los guardias civiles a la Virgen, y pedir por ellos, "porque nos protegen de la gente y evitan que nos hagan daño".. . »Con la mayor confianza pidieron también a la Virgen que les de– jase la corona; y Ella debió de acceder a sus deseos, pues todos pudimos observar sus actitudes de tomar en las manos algo que venía de arriba y que luego se pasaban unas a otras. Conchita se atrevió a más: pidió a la Virgen que le dejara una de las estrellas de la corona, para ponér– sela ella en la cabeza, de modo " que la vierar.. todos los presentes y así creyeran en la verdad de las apariciones" ... Parece que la Virgen con– testó que "ya creerían:os".» (Testimonio de don Juan Alvarez Seco.) Las pobres hijas de la tierra están así en charla confiadísima, plena de familiaridad, con la Reina del cielo. Pero es que esta Reina es tam– bién Madre. ¡Madre sobre todo! No una .madre, sino la MADRE. La que lleva en sí todo lo auténtico de «ser madre», siil ninguna limitación ni fallo. A las pobres hijas de la tierra las conocemos bastante bien, en su rostro, en sus gestos, en su modestísima .indumentaria de aldeanucas 11, Pero, ¿cómo imaginamos a la Reina-Madre del cielo? «Como tú, no habrá :ningwia» 12 El diario de Conchita nos da unos cuantos trazos que nos ayuden en el montaje interior de su figura: «La Virgen viene con el vestido blanco; el manto, azul; una corona de estrellucas doradas; no se le ven los pies¡ las manos (brazos), esti- 10 Diário, páipna 29. 1,1 El diminuivo en «uco,., «uca,., es muy característico de las gentes de Santan– der; sin embargo, las niñas de Garabandal emJ?lean también con frecuencia el en «ín•, «ina», que es más propio de León y Asturias: cuizá se deba a cierta proximi- dad geográfica. · Por eso encontramos en el l).abla de las niñas palabras como «estrellucas», «mi– lagruco», «minutín», «desnudines» (los pies del Niño) ... 12 Verso de un himno que en el valle cacereño del Jerte, bonito y cerecero, le cantan a la Virgen de Piedras .Albas, parroquia de <::abezuela.
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