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512 »Yo le he dicho: "¿Cómo no lo publicas, para que sepa el mundo lo que va a venir?", y me dice que ya está cansada de avisar y el mundo no hace caso. »Dice que le dijo la Virgen que el mundo sí cree que hay cielo e infierno; pero se ve que pensamos poco en ello.. . También le dijo la Virgen, que cuando suframos este castigo, que no lo sintamos por nuestros dolores y penas (que todo esto lo causamos nosotros mismos con nuestros pecados), sino que lo suframos todo por su Hijo, por lo muy ofendido que le tenemos. »Le pregunté cuánto durará este desastre, y dice que no lo sabe; pero que podemos sufrirlo igual de noche que de día... Le digo yo: "¿Nos moriremos?", y ella me dice: Yo creo que, si acaso, de susto. -¿Y si estamos en la iglesia todos rezando? -Yo también pienso que es allí donde mejor lo podremos pasar, allí junto al Santísimo, para que El nos aliente, nos dé fuerzas y nos ayude a mejor sufrirlo. -Yo, desde que me has dicho esto, no hago más que mirar para el cielo, a ver si veo algo. . -Yo también, y cuando me voy a la cama, miro, y tengo mucho miedo ... Aunque por otra parte, ya tengo ganas de que venga, para ver si nos enmendamos, porque no nos figuramos lo ofendido que tenemos al S eñor. -Bueno, cuando veamos que nos viene, nos vamos a la iglesia. -¡Eso pienso hacer yo! Pero a lo mejor se nos pone todo en tinieblas y no podemos ... » ¡Qué horrorosísimo tiene que ser! Si yo lo pudiera decir como Con– chita me lo dijo... Dice que, si ella no supiera ya lo que es el castigo, diría que qué más castigo que éste 3. »A mí, desde Juego, me lo exageró todo lo que se puede exagerar una cosa.» De este testimonio, escrito y firmado por Maximina, aparece sufi– cientemente claro que el Aviso que se le reveló a Conchita el día 1 de enero de 1965: a) Será de índole terriblemente aflictiva e impresionante. b) · Tendrá una dimensión universal; es decir, alcanzará a todos, en todas partes. c ) Se verá que «es cosa del cielo», por lo que los hombres nada podrán hacer, como no sea implorar la misericordia de Dios. d) Vendrá con una finalidad de salvación: para que los buenos se acerquen más a Dios y los malos tomen en serio su enmienda. e) Vendrá ciertamente, y antes del milagro; pero en día y hora que nadie sabe. f) Su hora, probablemente, será una hora de misteriosas tinieblas. g) En esa hora, no habrá más refugio y consuelo que la oración. 3 No puede extrañarnos, conocido esto, que Conchita, después de bajar de los Pinos aquella tarde de Año Nuevo, apareciese en casa de su tía y madrina Maxi– mina, según lestimonio d·e ésta, «como muy nerviosa, pero también muy contenta».

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