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508 nes estaban para ser sus guías espirituales; pero semejante disposición de espíritu necesitaba de una lección, y creo que el cielo trató de dár– sela con su silencio o distanciamiento durante los dos prolongados paréntesis de 1963 y 1964. Hasta los mismos «favores» de las niñas parecieron interrumpirse totalmente a mediados de este último año. Maximina dice a los Pifarré, en carta del 7 de junio: «Conchita dice que ahora no tiene locuciones; no sé si será verdad, o es que ella quiere ocultado; pero está tan con– tenta como siempre.» Por agosto, la situación continuaba igual. El día 15 escribía de nuevo Maximina: «Noticias de aquí, al ver, no hay ninguna por ahora .. .» Lo.s del pueblo andaban siempre fluctuando entre la duda y la espe– ranza; la mayoría, con más dudas que esperanzas. Eran los de fuera, quienes mantenían muy viva la llama de Gara– bandal. Tenemos abundantes testimonios en las cartas de Maximina. Por su entusiasta convencimiento a favor de los sucesos se distin– guía el sacerdote guipuzcoano D. Luis López Retenaga, que subía a Garabandal siempre que podía (aquel pueblo «era una golosina para él»), que casi siempre iba acompañado de algún otro sacerdote amigo, y que permanecía allí todo el tiempo que le era posible. La tónica del año, por lo que se refiere a subida de forasteros, pode– mos imaginárnosla a tenor de estas líneas de Maximina en su carta del día de la Asunción: «Hoy, día de Nuestra Señora, hay mucha gente en el pueblo. Yo tengo ya desde hace un mes en casa a una francesa; es muy buena y no me da nada que hacer. .. Se harta de venir gente.. . y, al parecer, todos se van tan convencidos. Sacerdotes también han venido bastantes; uno, inglés, pasó aquí todo un mes; otro, de Llanes (Asturias), diez días; y franceses también han venido varios. Este año ha venido mucha gente francesa, y todos parecen estar muy convencidos de lo de aquí.» Los que subían al pueblo, sabían ya que allí habían cesado las apari– ciones, los fenómenos; pero ellos esperaban, iban buscando... ¿Qué esperaban? ¿Qué iban buscando? Aparte de encuentros personales con el mundo de lo divino, segura– mente el apropiado DESENLACE de todo aquello, que tanto prometía, y que había quedado tan extrañamente interrumpido.. .

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