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506 natural, se divierta; pero siempre con chiquillas, y mejor, con la mi nena y las que son así de grandes... » Otra vez el P. Luis María Andreu Quizá fuera en esta locución de febrero cuando nuevamente se hizo sentir la presencia del difunto P. Luis María, el «primer muerto de Gara– bandal». El 27 de dicho mes escribía Conchita a su hermano el P. Ramón: «Me pregunta usted en su carta que cómo vimos al P. Luis en los Pi– nos ... pues le vimos: mirando hacia arriba, diciendo: "¡Milagro!", su– dando, como pálido, pero a la vez con cara de satisfacción 1 • Y la Virgen entonces nos dijo que la estaba viendo a Ella y el milagro que Dios Nues– tro Señor iba a hacer. Las veces que hemos hablado con él habrán sido como diez u once... Me he enterado de que tenía que hablar de nuevo con él, en una locu– ción de la Virgen... » ¿Cuándo ocurrió este nuevo hablar de Conchita con el jesuita difunto? No he podido averiguarlo. Pero quizá ocurriese más de una vez, pues a mediados de año 'ª vidente volvió a escribir sobre él, y diciendo cosas sorprendentes; se trata de una carta, dirigida también a su hermano el P. Ramón y fechada el 2 de agosto de 1964: «El día 18 de julio 2 , he tenido una locución, y en esta locución se me ha dicho que al día siguiente del milagro se sacará a su hermano de la tumba y se encontrará su cuerpo intacto.» Entre dudas y esperanzas ¿Qué pasaba entre tanto por la mente y el espíritu de aquellas gen– tes? Los «testigos» que han construido conjuntamente el libro «L'Etoile dans la Montagne», dicen con cierto optimismo: «Con toda evidencia, el año entero de 1964 fue para las videntes un período de meditación se– creta, de recogimiento personal. Para aquellos montañeses, y para el mundo entero, puesto en alerta por la difusión del mensaje, esos doce meses fueron como un tiempo de sosiego en que poder reflexionar y ha– cerse cargo de las propias responsabilidades. Diríase que durante un año, el cielo ha permitido a la tierra tomar aliento.. .» (núm. 26). El pueblo iba cambiando de aspecto material. Nos lo dice el mismo libro (núm. 27, pág. 63): «Terrenos y casas, hasta cuadras y pajares, eran comprados por españoles que venían de fuera 3 • Los albañiles se afa– naban... 1 Este «trance» del P. Luis -único que se dio en Garabandal que no fuera _de las niñas- ocurrió a primeras- horas de la noche del 8 de agosto de 1961. Véase el capítulo VIII de la primera parte. 2 Ese día celebraba el pueblo su principal fiesta (en cuanto a bullicio e invitados). Dos años antes, tal día había sido distinguido por «el milagro de la Forma». Véase el capítulo V de la segunda parte. 3 Maximina, a fos Pifarré, 7 de junio: «Por aquí ya han comprado ¡ cuánto terreno!. .. »
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