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Se fue con prisas a la montaña 503 Conchita replicó que era verdad que veía a la Virgen, que no era invención de ellas, y que no tenía por qué marchar del pueblo... La cosa quedó así aquella noche. Pero al día siguiente, en un rato en que Serafín estaba en la cocina, mientras su hermana andaba arriba, en su habitación, oyó de pronto que ella le llamaba: «Serafín, sube un momento». Me dice el hombre que sintió como si el corazón le diera un vuelco, y que pensó: Ya está; por fin se ha decidido; lo ha debido de pensar bien durante la noche y va ~ decirme que todo ha sido un engaño... -Bien, ¿qué me quieres? -preguntó él al llegar arriba. -Para que veas que todo há sido verdad, la Virgen me ha dicho que yo te diga esto ... Y le habló del Milagro, y le explicó en qué va a consistir (Conchita se lo puso luego brevemente por escrito, al dorso de una estampa del Niño Jesús, que él consena y nadie de la familia conoce) ... Y le dijo que ocu– rrirá cuando se produzca un determinado acontecimiento en la Iglesia, que también le explicó. Sólo en este sentido sabe Serafín la fecha del Milagro. Comentamos después lo que ha escrito el doctor Puncernau en su folleto ya varias veces citado, página 15: «En una de mis excursiones a la braña, quedé solo con Serafín y co– mimos en la cabaña de las vacas. Después de comer, intenté tirarle de la lengua, pues se decía que sabía por Conchita cuándo sería el Aviso. Saqué la conclusión de que si lo sabía; no lo quería decir. Lo único que saqué en claro fue que iría precedido de un especial acontecimiento en la Iglesia, que, después de muchas preguntas y deducciones, me pare– ció sacar en claro, por lo que él me dijo un tanto oscuramente, que sería algo parecido a un Cisma. O yo lo entendí así.» -¿Y qué me -dices sobre esta opinión del doctor barcelonés? -pre– gunté yo. -Que es muy libre de opinar como quiera; pero yo creo que no le di motivos para tales suposiciones. -Pero el tal «acontecimiento» ¿será efectivamente un Cisma en la Iglesia? __:_Yo no digo nada. Hablando con María, la madre de Jacinta, en esos mismos días de mayo de 1976, me confesó ella haber oído repetidamente a su hija que las cosas se iban a poner muy mal en la Iglesia... , que cada vez se daría menos importancia a la Eucaristía ... , que muchos sacerdotes irían de mal en peor... y que el mal acabaría reventando por alguna parte... Observemos que en su relato el doctor Puncernau no habla del Mila– gro, sino del Aviso. ¿Se trata sólo de una confusión? Pudiera ocurrir que no. Todavía una aparición El año 1963 se cierra en Garabandal con una nueva visita de la Madre del Cielo. Otra vez se deja ver; pero sólo de Conchita. ·

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