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Se fue con prisas a la montaña 497 El aviso surtió efecto. Clemente XV, sin ningún aire pontifical, le rogó que no hiciera nada, que marcharían en seguida, que les permitiera sólo descansar allí aquella noche... * * * Esta es la verídica historia del episodio que un día vivió Garabandal y que nueve años más tarde, en Amsterdam, ante una periodista, resu– mió su protagonista con las palabras que ya vimos: «Reconocido como verdadero Papa, yo fui llevado por la gente del pueblo a los lugares de las apariciones: aquello era el hosanna triunfal... Me sentía verda– deramente sorprendido de tal entusiasmo.» ¿ Cómo es posible autosugestionarse así? O tal vez no se trate preci– samente de autosugestión... Y a he dado a conocer en otro lugar el desahogo de Conchita con la Madre del colegio de Burgos, la tarde del 12 de noviembre de 1966: «¿Conoce usted al P. Collin? Ahora se hace pasar por Papa. Estuvo en mi pueblo. Quiso verse conmigo, pero mi madre no le dejó. Acabaron echándolo del pueblo... Pues bien, cuando estuve en Roma (enero de 1966), me enseñaron la foto de un periódico, en la que yo aparecía al lado de él, y se decía allí que él había estado conmigo, y muchas otras mentiras ... » Evidentemente, Clemente XV ha querido explotar a su favor los su– cesos de Garabandal, como trata siempre .de hacer creer que estaba a favor suyo el famoso Secreto de Fátima. «Nuestra Señora -le dijo a la periodista en Amsterdam- dio en Fátima su mensaje al mundo, con relación a Clemente XV. Su Secreto, que debía publicarse en 1960, sigue todavía guardado. Y esto ha traído todo un período de calami– dades.» Pero, ¿quién es este personaje? Se llama Miguel Collin, es francés y ex sacerdote católico. Los momentos más importantes de su vida los resumió él mismo en la entrevista ya mencionada: «Fui bautizado en Béchy, donde nací. Me ordenó sacerdote el cardenal Liénart, en Lille. El 28 de abril de 1935 fui consagrado obispo por Nuestro Señor en Vaux-le-Metz. Y final, mente, Papa, por Dios mismo, en Sorrento (Italia), el 7 de octubre de 1950.» Intervenciones tan directas del cielo para «promocionarle» no po– drán ex trañarnos, si tenemos en cuenta su trayectoria de «elegido», tal como él la resun1e : «Desde mi tierna infancia, el Señor me ha hecho saber que yo debía socorrer al mundo y salvarlo. »Y a mis siete años, El me ha confiado claramente la misión de "sal– var la Iglesia". Cuando hice mi primera comunión, privada, Jesús me dijo: Miguel, tú serás sacerdote un día; después, obispo; finalmente, Papa ... »Desde aquellos años, el Señor se me viene apareciendo, y también la Virgen. Cuando yo era todavía pequeño, creía que todos les veían como yo...

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