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16 Tentación en el crepúsculo «Era un domingo por la tarde y nos encontrábamos todas las ninas jugando en la plaza 9. De repente, Mari Cruz 10 y yo pensamos ir a coger manzanas, y nos dirigimos directamente allí, sin decir nada a nadie que íbamos a coger manzanas». . El pensamiento de ir a coger manzanas fue una verdadera tenta– ción; las manzanas no eran de Mari Cruz ni de Conchita: se trataba, pues, de un verdadero hurto o robo... , es decir, de un pecado. El de– monio se movía en aquella hora de crepúsculo por entre las gentes de Garabandal. A dos niñas, dos pequeñas mujeres, les incitaba hacia un árbol de manzanas prohibidas. ¡Casi como en el principio! No sabemos si ellas, como Eva en el principio, opusieron alguna resistencia a las sugestiones del tentador; si hubo alguna resistencia, debió de ser muy débil. · «Las niñas, al ver que nos alejábamos las dos solas, nos pregunta– ron: ¿A dónde vais? Y nosotras les contestamos: ¡Por ahí... ! Y seguimos nuestro camino, pensando cómo nos las íbamos a apa- ñar para cogerlas. . Una vez allí u, nos pusimos a coger manzanas; y cuando estábamos más entusiasmadas, vimos llegar a Loli, a Jacinta u y a otra cría, que venían a buscarnos. Al vernos coger manzanas, exclamó Jacinta: En este comienzo de nuestra historia, Conchita tiene doce años; es una niña agra– ciada, muy observadora, y de viva inteligencia; pero en cuanto a cultura..., anda muy escasa, como todas las niñas de Garabandal: no debe de ser mucho lo que se aprende en la escuela de este pueblo tan apartado. Seguramente por consejo de alguien, Conchita se puso a escribir su diario en 1962. En él, con un lenguaje sucinto y directo, de niña, va contando cosas que no podían borrársele de la memoria. Yo he tenido en mis manos fotocopias del origi– nal: son páginas grandes, de cuaderno de colegio, apretadas de irregular escritura, y con muchas faltas de ortografía...; pero verdaderamente deliciosas por lo que nos dicen. Ese diario comienza así: «Voy a relatar en este libro mis apariciones y mi vida corriente. El mayor acontecimiento de mi vida fue el día 18 de junio de 1961, en San Se– bastián. Sucedió de la siguiente manera... ,. 9 Se llama La Plaza a ese centro del pueblo, porque es un lugar bastante de– sahogado adonde van a salir varias calles o callejuelas. Pero que nadie se lo ima– gine como una plaza de ciudad o de villa; el suelo está aquí.. . «al natural»: tierra apisonada, polvo (o barro, si llueve), piedras sueltas, y todo eso que va quedando del paso continuo de hombres, carros y animales. 10 Esta Mari Cruz González es hija de Escolástico y Pilar; tiene a la sazón once años, es delgaducha y morena, y lleva el pelo muy corto. 11 El lugar de que se trata es un pequeño huerto que estaba a la salida del pueblo, en dirección a los Pinos; el manzano se conserva todavía, a la vera del camino o «calleja», pero está ya mutilado por causa de una casa nueva que se ha construido junto a él. Parece que el huerto no era propiedad del maestro, sino de una señora que se llama doña Pilar Cuenca. 12 Loli, María Dolores Mazón, es la segunda hija de Ceferino y Julia, que tienen una prole numerosa. Ceferino lleva la «alcaldía» del pueblo, y además de las cosas del campo, a las que se dedican todos en Garabandal, tiene un pequeño estable– cimiento o taberna. Jacinta se apellida también González, como Conchita y Mari Cruz; los padres de Jacinta son María y Simón: dos cristianos de gran fe, que llevan con dignidad la vida sacrificada que les impone su exiguo caudal de bienes. Loli y Jacinta tienen doce años; la «cria» que venía con ellas se llamaba Virginia, pero todos le decían «Ginia».

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