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68 Algún misterioso porqué habría en este besar de la Virgen. Y po es difícil adivinarlo: ¿No se estaba ya en la hora de la gran crisis para la institución familiar? Entre los no católicos la descomposición avanzaba desde hacía años en forma alarmante... ; pero también a los católicos iba afectando ya el mal muy seriamep.te 9 • Cierto que en España se notaba bastante menos que en otros países, y cierto que las gentes de Garabandal se conservaban, a este respecto, inmunes; pero la Virgen no venía sólo para los de Garabandal, ni sólo para España: venía para todos sus hijos, y si a unos había que amonestarlos por el mal hecho, a otros había que prevenirles para que no cayeran en él. Ella se adelantó con sus besos a lo que la Iglesia, reunida en Concilio, quiso remediar y hacer, poco tiempo más tarde, con su Constitución Pastoral «Gaudium et spes», capítulo I de la segunda parte*. Sobre esto de los besos de la Virgen quiero poner aún aquí dos cosas que considero interesantes. La primera es una afirmación: se asegura que Conchita ha dicho más de una vez, por encargo de la Virgen, que «Jesús hará prodigios mediante los objetos besados por Ella, antes y después del Milagro, y las personas que usen con fe tales objetos, pasarán en esta vida el purgatorio.» • La segunda es una anécdota, que nos da a entender cómo esto de besar es algo muy propio de la función maternal de María. Sucedió años más tarde, el 18 de junio de 1965, fecha cumbre en la historia de Ga– rabandal. El pueblo estaba aquel día repleto de forasteros, que habían acudido para presenciar una especial aparición, ap.unciada desde di– ciémbr.e del año anterior; uno de tales forasteros, falto sin duda de objetos besados y deseoso de poseer alguno, entregó a Conchita un rosario... La jovencita, segura de que aquel día sólo iba a venir San Miguel, no lo quiso tomar siquiera, diciéndole al asombrado señor: - El Angel ;ne besa. --:¿ Y por qué? Conchita sonrió, y dijo: ¡Sólo besa la Virgen! En esto el Angel no es nadie. Pero volvamos a los primeros días de julio de 1961. La aparición del lunes, día 3, había empezado a las 7,30 de la tarde y concluyó a las 8. «-Cuando ;ya Ella nos decía: "Con Dios os quedáis, y conmigo también", a nosotros ¡nos .daba una pena! Y le decíamos: ¡Adiós, adiós! Por último nos dijo: "Mañana me veréis también". 9 Durante mi estancia en París, 1965-1966, se daban como seguros estos resultados de investigación: · - Para toda Francia: uno de cada diez matrimonios estaba deshecho. - Para la región parisiense: uno de cada siete. Y la situación, allí como .en todas partes, no ha hecho sino empeorar. También en este punto, como en tantos otros, Garabandal venía «adelantándo- se»... No mucho después, y sin saber nada de lo que ocurría en el lejano villorrio montañés, Juan XXIII, en bellísima alocución a los esposos cristianos, les exhor– taba a besarse mutuamente los anillos matrimoniales, como un deliberado afian– zarse en sus santos y mutuos compromisos. * Tal capítulo, extenso y enjundioso, trata sobre «Dignidad del matrimonio y de la familia».

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