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142 Se vuelve don Valentín hacia el P. Andreu, y le dice .nervioso: «Pero ¿qué monjas? ¿Qué monjas? ¡Aquí no hay monjas! ¿Qué monjas? ¡Esto no es la Virgen!» El P. Andreu se calló: él ¿qué sabía? Era Ja .primera vez que estaba allí, y .ya tenía bastante desconcierto. Subieron todos hacia los Pinos; y allí, las niñas, con toda naturali– dad, fueron señalando los sitios en que debían ponerse los diversos grupos 2. _ Parece que la Virgen había• dicho a las niñas que el público podría ver, pero sin oír 3 • Cerca delas videntes sólo podrían estar, como tes– tigos, dos niñas pequeñas, de seis años: Mari Carmen y Sari (hermanas de Jacinta y Loli). . _ Empezó el éxtasis . o .Ja aparición, y los . espectadores más próximos pudieron apreciar que la cara de las videntes . tomaba una expresión de profunda tristeza. La madre de una no pudo contenerse: «¡Están llo– rando!» Como no se lograba captar los diálogos, el párroco llamó a Mari Carmen, la niña testigo, para preguntarle; la pequeña se fue acercando sin mucha prisa, ,y cuando oyó las preguntas del cura, contestó, entre aburrida e indiferente: «Le dicen a la Virgen que no les diga cosas malas» 4 ; Comprendieron: todos que aquella .aparición no era una de tantas, que la Virgen explicaba o mostraba ciertas cosas muy serias, en rela– ción seguramente con .algún gran castigo que vendría sobre el mundo, si los hombres, .haciendo penitencia, no entraban por los caminos de Dios. 2 «A mitad del camino hacia los -Pinos, se vuelve Loli 'y señala así con el dedo: "Que no pasen. de ahí", indicando una especie . de .sendero .qt1e crµzaba la ladera. No fue fácil hacer que todos, de _una multitt.1d de 500 personas, obedecieran eri seguida. ¿Nó puede suponerse también que algunos ni habíari oído lo dicho por la vidente? Unos tres o cuatro números de la Guardia Civil se encargaban de hacer cumplir ''.las órdenes"; Yo pasé.al l¡idO de ;.un guardia,. gallego, cuando él impedía el paso a_varios que querían seguir a~elante; uno de ellos le decía: "¿Y quién es es usted para impedirme a mí ver t1n milagro?". Le contestó el guardia: "¡Y luego! Mándalo Dios, y hay que obedecer".» (De una conferencia del P. Andreu en Palma de Mallorca.) . •• .. •. . _ ._. __ ..._. . . -_ __ . _. · ... - Todo esto tiene una genuina palpitación bíblica. Véase el cap: 24 del viejo libro sagrado del ,<Exodo»: «Dijo· Dios :a Moisés: · 'Sube a ·mi -presencia, en el monte, tú, con _Aarón, .Nadab: y Abihú; también _los setenta. QJ1cianos - escogidos de Israel. Ado– raréis . _desde lejos. . Luego/ .t_e _ acercarás tú .solo al . Señor; _ellos .- no se acercarán, ni menos suliirá el pueblo contigo': .. Moisés •subió ·con Aarón, ' Nadab y Abihu, con los setenta ·ancianos.:,; pero- luego, sólo Moisés se adentró en la· montaña de Dios, con Josué, su ministro; a los ancianos les dijo: 'No paséis de aquí, y esperad hasta que vplvamos aypsotros'.» . -.. ·.· . . ---·. ·. __ , _ ... __ _ _ -- 3 No resulta fácil la atribución de ·escenas ó episódios a cada tino de los diversos trances ,que -tuvieron lugar en los 'Pinos aquella tarde del 29 de julio. Por los datos que penosamente he podido recoger, parece que primeramente sólo las dos pequeñas «testigos» de quienes se habla en el texto pt1dieron moverse alrededor de Jacinta y Loli en éxtasis; los del grupo privilegiado -sus padres, los guardias, etc,- hubieron de quedar un poco alejados, de modo que pudieran ver– las, pero sin•:oírlas, -mientras que la multitud, abajo, a media ladera, sin ver nada, se mantenía ·a la · expectativa. En una .· segunda , fase, los del ·grupo «privilegiado» pudieron acercarse más y rodear a las -niñas, y --finalmente, subió a los Pinos toda multitud. 4 Cosas tristes;". que :asustan o hacen sufrir.
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