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60 EL[AS M ARTÍN 2.- ASOCIACIÓN BELENISTA Surgió en nuestro convento, sin duda, por el carácter franciscano del mismo, pero creo que más que nada por un capuchino que por aquellos años vivió en Valladolid de comunidad y era un enamorado del «belén» artístico. Me refiero al P. Abel de Bilbao. Que en 1977 ganó el primer premio «Anunciata de Plata»de Dio– ramas Navideños, organizado por la Caja de Ahorros. En torno a él surge un sen– tir y un hacer navideños; y esto dio origen a la «Asociación Belenística» que orga– niza , en nuestro convento y a nivel de la ciudad, actos, promoviendo los valores tan franciscanos que comporta la Navidad. Es de hacer notar, entre estos actos , el Concierto que dicha «Asociación» promueve en nuestra iglesia, a cargo de la Or– questa Sinfónica de Madrid, dirigida por Vicente Spireli, y la Coral Vallisoletana ba– jo la dirección de Carlos Barrasa. En 1981, en abril , el P. Pacífico de Pobladura convoca en la ciudad de Valla– dolid el Congreso Belenístico. 3.- CENTRO JUVENIL El trabajo con los jóvenes no ha estado nunca ausente de la preocupación de los Capuchinos de Valladolid. Tanto cuando solamente ha sido convento, como cuando se convirtió en parroquia. Se trabajó mucho, y creo que con resultados dignos, con la Juventud Francis– cana Qufra), integrada dentro de la VOT (Venerable Orden Tercera), hoy OFS (Or– den Franciscana Seglar). Lo hicimos ver en anteriores páginas. También se trabajó con los jóvenes que venían para «confirmarse». Y ello tan– to antes ele recibir el sacramento como después. Por destacar a algunos de los re– ligiosos que lucharon en este sector de la pastoral, nombraré a los padres Pelayo y Domingo Montero. En 1993, siendo párroco el P. Eusebio de Villanueva, este grupo «postconfir– mación» llega a contar con una treintena de jóvenes que, bajo la tutela de una ca– tequista, se reúnen semanalmente tratando de hacer «comunidad cristiana». Tocio este trabajo pastoral con los jóvenes queda redondeado por la oferta que en abril de 1991 realiza a los jóvenes quien escribe estas líneas. Pero a un tipo de jóvenes que no eran los que ya estaban bajo tutela eclesial, sino a los que esta– ban fuera, vinieran de donde vinieran. Acudieron a la llamada como unos quince y con ellos se empezó lo que pasó a denominarse «Grupo Juvenil EL ARCO», con
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