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Los CAPUCHINOS EN VALLADOLID 1630-1841 Y 1944-V94 55 ORDEN FRANCISCANA SEGLAR (OFS) Comenzó a funcionar en el convento desde el primer instante en que los Ca– puchinos lo habitaron. Se hizo con consentimiento de los He::manos Franciscanos del Paseo de Zorrilla (Valladolid) y con autorización del Arzc.bispo. En febrero de 1947, la OFS de Valladolid convocó una Asamblea a la que con– currieron Fraternidades Franciscanas Seglares de Madrid, Bi]:)ao, Vigo y León, to– dos ellos conventos capuchinos. La clausu::a de tal evento 1i_-anciscano la hizo el Sr. Arzo':::>ispo, el 24 de dicho mes. En 1948, una vez consolidada la Fraternidad Franciscan~ Seglar como grupo, piensa en su impulso apostólico de cara a los demás y crea una «sección de cari– dad» para atender, en primer lugar, a los hermanos seglareE franciscanos que se encuentren necesitados. Pero, en un segundo momento, se abre a las necesidades de todos. Y así les tenemos ya en la novena dedicada a San ?rancisco del 1950 di– rigiéndose al Hospital de la ciudad para ofrecer una comida a todos los que allí residían. El elemento juvenil parece que estaba ausente de este grLpo franciscano. El la– mento del cronista conventual, allá por el 1953, así lo deja ·.,er. Piensa en una ju– ventud franciscana que metería dinamismo al grupo, hecho -<le gente madura», así dice él. Parece que este anhelo es escuchado, porque, ya en 1557, hay una juventud franciscana Qufra) con peso, que se deja oír en la ciudad. ~nterviene en un con– curso ée villancicos organizado por la Radio «VOZ DE VACADOLID·, y esta mis– ma juventud organiza funciones artísticas en el teatro del Frente de Juventudes, si– tuado en la calle Muro, nº. 7. Se trata de una juventud mixta. La pujanza de la OFS es grandísima allá por el 1969, cor_ 195 miembros, y ello sin contar la Juventud Franciscana, que camina al lado, pen que no quiere saber nada de fusión. Y esta Juventud Franciscana trabaja en todcs los terrenos: cuando se trató de desalojar el viejo convento, allá estaban ellos transportando imágenes y bancos, bajando altares. Y cuando unos religiosos de la c::imunidad deciden im– partir clases para que las personas que n,::i tienen «certificado de estudios prima– rios», puedan hacerse con él, ahí también está la Juventud Franciscana preparan– do locales e impartiendo clases a la treintena de personas ::¡ue acudían.
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