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EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA Pero una 2.ª etapa se abre inmediatamente: el desechado, el infamado, el bien muerto y destruído, ¡inexplicablemente reaparece! Ha resucitado y está más vivo que nunca, según atestiguan quienes -y son muchos- han tenido la experiencia indecible e inne– gable, de un encuentro con El. El «Hijo del hombre» de antes se ha convertido en el «Hijo de Dios con poderío» (Rm. 1, 1) ; el que antes, como «Siervo de Yahvé», declaraba no haber venido para que le sir– vieran, sino para servir... , proclama ahora que le ha sido dado « todo el poder en el cielo y en la tierra» (Mt. 28, 18) ; el 'Cristo' salvador se ha convertido en el 'Kyrios' que se sienta a la derecha de Dios Padre como verdadero 'Pantocrátor' (Ef. 1, 20-22; Fil. 2, 9- 11). Y en la tierra empieza ya, de algún modo y en cierta dimensión, su reinado : un reinar que se realiza y se extiende por la Iglesia. No es todavía un reinado pleno: ni lo acatan todos los hombres, ni alcanza a todas las cosas. El es sólo 'de derecho' Rey Universal; no lo es todavía 'de he– cho'. En esta etapa nos encontramos: El no quiere imponerse; quiere que lo acepten... Y la realidad de nuestra hora es que va creciendo alarmantemente el número de los que no le aceptan, y también el de los que le combaten. Y viene la 3.ª etapa: un Tiempo nuevo que sigue al «fin de los tiempos». Los designios de Dios entran en fase de pleno cumplimiento, pese a todas las opo- - 90 -