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«IIU.IU.N ATHA». j EL SEÑOR VUELVE! 'Y la Cor:jura se sirve, para difundirse, y afianzar– se, y dominar, de múltiples y muy presentables 'apa– riencias' (tirne ella los mejores especialistas en fábri– cación de brillantes mentiras): liberalismo, humanis– mo democrático y laicista, derechos del hombre, 'li– bertades fundamentales de la persona', movimientos de opinión, soberanía de los pueblos ... Lo importan– te es que «el hombre» lo sea todo, lo ocupe todo; y que Dios no cuente ya para nada. 'No debe contar, especialmente, en la vida social: de ésta hay que expulsarlo sin contemplaciones ni flaquezas. No pueden consentirse naciones o Esta– dos «confesionales» ... Que algunos individuos no pue– den prescindir de El, ¡allá ellos!, con tal que la cosa no salga del dominio de su personal conciencia; si son incapaces de 'liberarse', ¿qué se les va a hacer? O matarlos, o ó.eja:rlos. Pero en el ámbito de la socie– dad no ha de contar más que 'el hombre'; el hombre libre, el pu.eb' ..o 'soberano' (en :realidad, unos reduci– dos grupos efectivamente soberanos, que manipulan y dominan a individuos y pueblos a través de: los partidos políticos, la banca, la prensa, el gran capi– tal... ; no les resulta muy difícil disimular su opre– sora soberanía tras la fachada falsísima de «la vo– luntad soberana del pueblo») ... 'Todo va quedando a punto para que se realice el último sueño de la Gran Conjura: tener a la huma– nidad entera, bien sometida, reunida y uniformada bajo el gobierno de la Sinarquía. - 77 -