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i:MAIUN ATHA». ¡ EL SEÑOR VUELVE! hacer 'juicio', con una vertiente muy concreta: tomar cuenta a "las naciones". Creo fu.era de duda que Israel tiene muy especiales res– ponsabilidades, precisamente por haber sido 'elegido'; pero ninguno de :os otros pueblos ha quedado fuera de la órbi– ta de los deEi¡;nios de Dios y, en consecuencia, ninguno en libertad para montar impunemente a su antojo, sin te– nerle en cuenta a El, su proyecto de vida colectiva o na– cional. Con el ,J.1.:.ic-io Final se acabará toda la Historia, y tam– bién todas las historias... En el juicio de la próxima Paru– sía, quedará sustancialmente rectificada la marcha de la Historia; pero también habrán de purgarse conveniente– mente mucha;; historias. El caso de :srael es típico. Ya conoció un tremendo Jui– cio de Dios P01' los años 70 de nuestra Era... ; hubo de pa– gar entonceE, en cuanto pueblo, por el pecado nacional de haber recha:::ado hasta la muerte de cruz al Salvador que Dios le enviaba en Jesús de Nazaret < 1 ). La expiación dura todavía. Pero algún día habrá de acabar. ¿No será cuando vuelva el mismo Jesús para .un nuevo juicio? Un dia, en contestación a cierta observación de Pedro sobre su prqxa actitud y la de sus compañeros, declaró solemnemen:;e Jesús: -"Yo os aseguro, que vosotros, los que me habéis segui– do así, cuando llegue la Regeneración, y el Hijo del hom– bre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también en doce tronos para juzgar a las doc~ tribus de Israel" (Mt. 19, 28). Ya sé de las interpretaciones corrientes a este texto... Dice, por ejemplo, la 'Biblia de Jerusalén': "Se trata de (1) Le. 1~, 41-44. - 69 -

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