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«MAIRAN ATRA». j EL SEÑOR VUELVE! un determ.lns.do modo de vivir este 'tiempo' nuestro, que tienen ya un nombre sugestivo: Movimiento Sacerdotal Mariano. Echó a andar con la bendición efusiva de Pablo VI; crece y se expansiona con las no menos efusivas bendicio– nes de Juan Pablo II. El Movimiento, de inatacable base teológica, se nutre específicamente de las "locuciones" que tiene de la Virgen su 'instrumento', el sacerdote italiano Don Stéfano Gobbi. Sé que est:::> de 'locuciones de la Virgen a un sacerdote' suscita sonri&ts de incredulidad y autosuficiencia en com– pañeros de sacerdocio. -¿Venir ahora, a estas alturas, con 'locuciones' del Cielo? ¡Vamos, anda! Les parece poco serio; y nada a propósito para ofrecer a clérigos cultivados. Desde luego, el Movimiento Sacerdo– tal MarJ.ano no es para quienes estén tocados de 'orgullo intelectual' (y de esta epidemia se libran pocos de nues– tros eclesiásticos). Don Gobbi ha explicado repetidamente las sólidas razones que tienen él y otros muchos, en nú– mero creciente. para tomar en serio sus locuciones. Pero... Bien; cads uno es libre para aceptar o rechazar; y tam– bién responsable de su actitud. Vamos a lo que ahora in– teresa: En la Nochebuena de 1978 la Virgen habló una vez más a su 'instrumento', y en su locución veo incluídas, con sorprendente naturalidad, algunas afirmaciones compro-– metidas de gra.ndisimo alcance. -"Como su nacer en u.na noche como ésta será la se– gunda Venida de Jesús, en gloria, antes de su última venida para el Juicio Final, cuya hora está aún bien oculta en los misterios de Dins... (Recordemos lo dicho por el mismo Je– sús: "De aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles - 65 -
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