BCCCAP00000000000000000000754

EUSEBIO GAIICIA DE PESQUERA sús, pues, con su enseñanza, dejó definitivamente co– rroborada una creencia que ya había apuntado en la revelación del Antiguo Testamento: «Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán: u:aos, para la vida eterna; otros, para el oprobio, para un horror sempiterno. Los doctos brillarán en– tonces como el fulgor del firmamento; y los que en– señaron rectitud a la gente serán como estrellas por toda la eternidad» (Dn. 12, 2-3). Si, todos los muertos habrán de resucitar; pero, recordemos la observación del Apóstol: «cada uno a su tiempo» (1.ª Cor. 15, 23). El primero, como tiene que ser, Jesús, el Cristo, cabeza de una humanidad nueva, limpia y transfi– gurada. Luego, 'los de Cristo', cuando El vuelva. Y por último, los demás, cuando llegue la hora de hacer el Juicio definitivo: « Vi un gran trono blanco, y también al que estaba sentado en él... Y a los muer– tos, grandes y pequeños, todos de pie ante el trono; el mar había devuelto los muertos que guardaba, la Muerte y el Hades habían devuelto los muertos que todavía tenían. Y cada uno fue juzgado según sus obras... » {Ap. 20, 11-15). Así, esas resurrecciones escalonadas van marcan– do los momentos en la dinámica sobrenatural de los TIEMPOS MESIANICOS: - 62 -

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz