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<<MARAN ATIIA». j EL SEÑOR VUELVE! de Dios, bajcrá del cielo; y se levantarán en primer lugar quienes- han muerto e-a Cristo. Después, noso– tros, los quB VV'uamos, los que aún quedemos... ». Sí, la segunda fase del desarrollo de los Tiempos Mesiánicos s:: inaugurará con el glorioso Retorno de Jesús (el 'Cordero de Dios' inmolado en su primera Venida); y cJ conjuro taumatúrgico de ese Retorno, se levantarán a vida nueva quienes le dieron su FE en el vivi.r anterior. En su contemplación profética de la Parusía de Jesús, el 'Día del Señor', S. Pablo no tiene lugar para una :cesurrección de todos los muertos... ¿Será tan sólo que este punto capital en la perspectiva de nues– tra fe se le queda orillado de momento, o será que de hecho tal resurrección general de los muertos no tendrá lugar en esa Venida de Jesús? No podenos dudar de que todos los que han muer– to, justos o pecadores, volverán a la vida, en cuerpo y aJma. Tenemos la palabra de Jesús: «Llegará la hora en que todos los que estén en los sepulcros, oirán la Voz del 1Iijo del homb1°e,· y saldrán, los que hayan hecho el bien, para una resurrección de Vida, los que hayan hecho el mal., para una resurrección de conde– na» (Jn. 5, 23-29). Y también, la declaración explícita del mismo S. Pablo en su proceso de Cesarea, ante el procurador romano Félix (Hch. 24, 15): «Tengo en Dios la firme esperanza de que habrá una resurrec– ción, tanto de los ju,stos como de los pecadores». Je- - 61-
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