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«MARAN ATHA». i EL SEÑOU VUELVE! LOS· «TIEMPOS» DEL REINO Me parece que el pasaje de S. Pablo apuntabas– tante claramente la existencia de tres fases o etapas en el desarrollo de los Tiempos Mesiánicos: Primera fase: queda inaugurada abiertamente por la Resurrección de Jesús. Aquel Jesús de Naza:ret, «de condición divina, pero que durante su vivir y actuar entre los hombres parecía haberse despojado de su rango, de su 'ser igual a Dios', para moverse como uno de tantos, humillado y en plan de servir» (Fil. 2, 6-8), pasa a estar constituído, irrevocable– mente, «Hijo de, Dios con poderío» (Rm. 1, 1), o se– gún dijo El en la más solemne de sus apariciones de resucitado: «Se le da todo poder en los cielos y en la tierra» (Mt. 28, 18). Está así ya «exaltado, con un Nombre sobre todo nombre; ;_::¡ero aún no se le dobla toda rodilla en la tierra y en los abismos» (Fil. 2, 9-10), ni «toda len– gua le cor.fiesa 'LCYRIOS', SEÑ'OR indiscutible y úni– co (lb, 11). Se ha :realizado ya en El una parte del gran va– ticinio de Daniel: «Se le dio imperio 1 honor y reino»; pero no toe.avía la otra parte: «Todos los pueblos, na– ciones y lenguas le sirvieron... » Es que El, ahora, no quiere imponerse. Como 1:,dvierte la Biblia de Jerusalén, en nota a 2.ª Cor. 6, 2,« entre el tiempo de la Venida de Cristo - 59 -