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«~ARAN A'X'HA». i EIL SEl'fOII. VUELVE! MISTERIOEO DESIGNIO Todos admitirán que en la larga marcha de la Historia de la Salvación (cuyas páginas 'oficiales' nos da la Biblia) ocupa lugar relevante la misteriosa rea– lidad de un Reino: que se prepara, que se establece, que sufre muy fuerte oposición, que a pesar de todo se afianza, que, al fin, rrRIUNF A. Aquel sujeto que se llamó Jesús de Nazaret, y que se presentó en Israel como el Enviado de Dios, por los días de Tiberio, emperador de Roma (y Roma daba entonces la hora al mundo) , empezó su actua– ción habland.o de ese Reino ... ; y durante meses, en torno a la realidad y vicisitudes del mismo giraron casi todas sus enseñanzas. El guión de aquellas primeras predicaciones del joven Maes:ro lo encontramos en una página del se– gundo evangelista: « ¡Ya h(!,, llegado el tiempo! Suena, la, hor-a del Reino de Dios. Tenéis q1,:e cambiar) que convertiros 1 • Y creerr la BUENA NUEVA» ... (Me. 1, 14-15). Es un guión de apretadísimo contenido, que Je- sús iba de:::,entrañando, con lenguaje asequible para - 43 -