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«MARAN ATHA». ¡ EL SEÑOR VUELVE! habiendo llevado antes a cabo, en este mundo nues– tro, no pocas cosas. ¿ Cuál es la interpretación acertada? ¡Esta es la cuestión! ·:-to llevo ya mucho tiempo dando vueltas en mi mente a este apasionante tema de la Segunda Veni– da del Señor, y ... Durante años, desde los lejanos días del catecis– mo infantil, la cosa me parecía (como ha parecido y sigue pareciendo a tantísimos otros) sumamente sen– cilla: en el día X, se manifestaba fulgurantemente el Señor, con gran poder y gloria; sonaban las trompe– tas de sus Arcángeles, convocando a vivos y muertos; se producía el inenarrable espectáculo de la resurrec– ción general; nos congregábamos todos ante El, unos a la derecha, otros a la izquierda; se celebraba el últi– mo y universal Juicio ... , y quedaba cerrado definiti– vamente el Tiempo, comenzando para todos la hora infenecible de la Eternidad. Sí, antes., y durante muchos años, la cosa me pa– recía muy sencilla, dentro de su misterio y su gran– diosidad. Resultaba bastante inteligible. Pero deEpués, desde fechas relativamente próxi– mas, ese artículo de nuestro Credo, « Y de nuevo ven– drá con gloria... », en el que creo y al que amo de ma– nera firmísima, se me ha ido haciendo toda una «cuestión». Incuestionable en lo que afirma, dicho ar- - 29 -