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EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA A un lado, los triunfadores; al otro, los fracasa– dos. A un lado, los que tenían razón; al otro, los que se empeñaron en la peor de las equivocaciones. Tendremos en todo aquello el justo, definitivo y cabal desenlace de una dramática parábola, la del trigo y la cizaña, seguramente la más densa de las muchas propuestas por Jesús; está en ella la clave o secreto de la verdadera «filosofía de la Historia». -«Pasa con el Reino de los Cielos (el Reino de Dios en su fase de establecimiento en la tierra) algo semejante a lo ocurrido en el caso de un hombre que sembró de muy buena semilla sus campos. »Mientras su gente dormía, un enemigo suyo se dedicó a sembrar por las mismas tierras abundante simiente de cizaña ... » Sólo al crecer las plantas y apuntar las espigas se descubrió la malvada sementera de la cizaña sobre el trigo. Los criados fueron a informar al amo ... Y le preguntaron: '¿Quieres que vayamos a arrancar las plantas de cizaña? -No; no sea que., por querer quitar la cizaña., arranquéis también el trigo. Deja– remos que crezcan juntos hasta el tiempo de la siega. Entonces será la mejor ocasión para separar uno de otra: las gavillas de cizaña serán quemadas; el trigo., bien guardado en mis granerosn (Mt. 13, 24-30). - 236-