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o:MARAN ATHA», j EL SEÑOR VUELVE! Sobre este punto tenemos una de las más impre– sionantes declaraciones del mismo Jesús, en un mo– mento cuyo dramatismo impedía perderse en litera– turas: «Yo soy la Resurrección y la Vida. «Quien crea en mí, aunque muera, vivirá. Y todo el que vive y cree en mí, no morirá para siempre» (Jn. 11, 25-26). 2. Habrá un Juicio último La proclamación de esta verdad es múltiple en las páginas del Nuevo Testamento. Por su ::'.'otundidad y laconismo merece ser citado aquel texto de Hb. 9, 27: «Está decretado; que los hombres mueran una sola vez (nada, por tanto, de transmigraciones o vidas sucesivas), y que después sea el Juicio;>. Y por su vehemencia conminatoria, aquellos de– sahogos de Jesús: « ¡Ay de ti, Corozaín ! ¡Ay de ti, Betsaida ! Por– que si en Tiro y en Sidón... Por eso os aseguro que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sid6n que para vosotras. »Y tú, Cafarnaúm... Ten la seguridad de que el día del Juicio se tratará con menos rigor a la tierra de Sodoma que a ti» (Mt. 11, 20-24). - 233 -
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