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~MARAN ATHA», i EL SEÑOR VUELVE! suscita no pocas ni pequeñas dificultades... ; pero creo que no may:>res que las que surgen frente a otros datos incueli:tionables de la Revelación. Yo sigo pensando, 'en católico', que la muerte es la separació:J. del alma y el cuerpo; y que, mientras el cuerpo va a la tumba, el alma, o entra ya en el Cielo, si está. en condiciones, o cae ya en el Infierno, si está irremediablemente perdida, o entra en una misteriosa rurificación y expiación ... Por eso tengo que pensar también 'en católico', que la resurrección es la «reunión» intimísima, sustancial, del alma y el cuerpo para empezar la Nueva Vida. Pero vienen ahora los interrogantes: En el caso de una resurrección para seguir vi– viendo en eEta tierra; ¿cómo afectará al cuerpo la si– tuación trar:.smundana del alma? Porque un muerto que resucita para seguir vi– viendo aquí, o viene su alma de la Gloria bienaven– turada, o viene de la Purificación (los condenados sólo habrán de resucitar para el Ultimo Juicio). La resurrecciór: en este segundo caso ofrece menos di– ficultades de comprensión para nosotros, porque la nueva vida sería entonces una cuasi normal prolon– gación de le.. precedente, aunque con el fortísimo im– pacto de ur:a experiencia indecible ( ¿no sería ése el caso de Lá:;;aro el de Betania, el caso del muchacho de la viuda de Naín... ?). -217-

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