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EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA «He aquí que vienen días --oráculo del Señor-, en que las faenas del arador empalmarán con las del segador, y no habrá terminado de pisarse la uva, cuando será necesario empezar otra vez la se– mentera; destilarán vino los montes, y todas las colinas serán tierra blanda ... » {Am. 9, 13). Estos textos y muchos, muchos otros de los vie– jos profetas de Israel, no han encontrado todavía satisfactorio cumplimiento < 1 l; pero lo encontrarán, deben encontrarlo ... Y será, «cuando 'él' vuelva». Porque la gran REGENERACION será obra de Alguien. (l) Por ejemplo, éste de Is. 65: después de la justicia ejemplar que se hará contra los que <chan abandonado a Yahvé)l (11-15). vendrá para quienes se hayan mantenido fieles el gozo de un mundo totalmente renovado (17-25) : <CPues he aquí que yo hago cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados los primeros, ni vendrán a la memoria... ,,No habrá allí más niño que viva pocos días, o viejo que no llene sus años ... «Edificarán casas y las habitarán... y mis elegidos disfrutarán del trabajo de sus manos.No se fatigarán en vano ni tendrán hijos para sobresalto, pues serán raza bendita de Y ahvé, ellos y sus rctofios con ellos ... ,,. -'Entre los profetas antiguos --dice en nota la Biblia de Jernsa– lén-, la felicidad mesiánica anunciada para el futuro se describía más o menos como una vuelta al paraíso'. En su segunda epístola (3, 11-13) S. Pedro proclama con toda niti– dez la esperanza cristiana de unos ccnuevos cielos y nueva tierra. donde habite la justicia)), para después de la purificación o disolución de este mundo de ahora, tan deteriorado y contaminado. - 202 -
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