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«MARAN ATHA>>. ¡ EL 5El'10R VUELVE! nas sectas gnósticas y heréticas de los tiempos cris– tianos. Perc el Cristianismo, el Cristianismo de ver– dad, viene proclamando que la Liberación, empezada por el espíritu, h,a de alcanzar también ,a; la materia misma. Si todo fue creado por la Palabra todopodero– sa de Dios (Jn. 1, 3), encarnada en Cristo Jesús (Col. l, 15-17), todo ha d~ ser también recuperado por El en una obra de «recreación». En el cen:ro, desde luego, el hombre recuperado; pero en torno a él, todo lo demás, en similar recupe– ración. «El que está en Cristo (de verdad y plena– mente) es una nueva creación: ha pasado todo lo viejo, y todo se hace nuevo» (2 Cor. 5, 17). En la hora de la Palingenesia queda, al fin, reali– zado el gr1o.n Misterio de la voluntad de Dios que tanto pondera San Pablo: «Hacer que todo quede restaurado y jerarquizado en Cristo; ¡todo!: lo de los cielos y lo de la tierra» (Ef. 1, 9-10). Será entonces realidad lo que con gran fuerza li– teraria han dicho, y que aún está por cumplir, - 197 -