BCCCAP00000000000000000000754
«M,\JlAN ATJB[A». ¡ EL SllÑOR VUELVE! » El mundo no '008 cmioce... Y a somos hijos de Dios; pero aúr, no se ha 1tl'UJ1,ni.festado lo que esto su– p<Yne) lo que seremos algwn dm.. .,, (1 Jn. 3, 1-2). Al ser insertados en Cristo por el bautismo, en– tramos de verdad en el 'ser' y la 'familia' de Dios, y comenzamos a ser 'criaturas nuevas'; pero todo esto ha quedado er:. nuestra intimidad más recóndita; no alcanza aún a porciones constitutivas de nuestra compleja realidad: en estas porciones seguimos como antes, como han sido siempre los hombres, desde el pobre Adán :;iecador. Nuestra ,<revelación» tendrá lugar cuando todo eso que llevamos dentro -y que nos pone de verdad tan por encima de lo que pobremente aparentamos– irradie también hacia fuera, transfigurando todo nuestro ser. Entonces, también nuestro cuerpo será integrado en la Salvación, que por ahora sólo alcan– za, y en un phmo sobrenatwral, al alma. Así se da en nosotros, los cristianos, una descon– certante paradoja: salvados ya, y sin embargo, to– davía en espe-ra de salvación: «Nosotros estamos a la espera de nn Salvador, el Señor Jesucristo, que ha de venimos del cielo; él acabará transfigurando este pobre cuerpo nuestro de ahora a semejanza de su propio cue:r¡:o glorioso: es bien capaz de hacerlo, por ese poder que tiene para someterse todas las cosas» (Fil. 3, 20-21). Aún tenemos más textos neotestamentarios, apun– tando a esta verdad de que la salvación sigue incom- -193 -
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz