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EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA lento partido a favor del «pueblo» contra los pode– res constituídos, contra las «clases opresoras» ... Es evidente que los judíos de entonces esperaban un Mesías muy diferente del que podían ver en aquel profeta de Nazaret que se llamaba Jesús; llegó a pa– recerles una verdadera blasfemia el que éste se pre– sentara como tal, cuando parecía tener tan poco que ofrecer a la causa de la Liberación de Israel, cuando se parecía tan poco a la imagen del Mesías que creían tener en sus «Libros»... Y los judíos de ahora siguen sin poder ver en Je– sús la realización de la figura del Mesías. Conversaban amigablemente, cierto día, un rabino judío y un buen creyente cristiano. Al cristiano le apenaba grandemente que su amigo el rabino no aca– bara de ver en Jesús lo que a él le parecía tan eviden– te ... Pero el rabino creía tener a su favor otras evi– dencias. Trató de sintetizarlas así: -Bien, amigo mío, usted cree como yo en la ins– piración divina de la Biblia, de nuestro profetas. Pues veamos algo de lo que dice Isaías acerca del Mesías que había de venir: ,<Juzgará erntre Zas gentes; será el árbitro de pue– blos numerosos. «Entonces, de las espadas forjarán azadones y de las lanzas podaderas. -16-