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EUSEBIO GAIICIA DE PESQUERA que el Cristo debe vivir eternamente: ¿Pues cómo di– ces que debe ser levantado el Hijo del Hombre? ¿Quién es ese Hijo del Hombre?» Es muy posible que los instigadores del pueblo, para acallarle, corrieran la voz de que, si realmente era el Mesías, no moriría; de ahí las interpelaciones a Jesús en la Cruz: «Si eres el Mesías, baja de la Cruz y creemos en Ti», frase que indica un estado de ánimo del pueblo que pedía una prueba más de su mesianidad, y asimismo una im– prudencia temeraria de supeditar su fe a una injusta condición, condenando al que por experiencia sabían que era el Mesías. Cayeron en la tentación propuesta por el «prín– cipe de este mundo», haciendo tabla rasa de todo lo visto y oído, y milagros experimentados ... y pidieron una prueba afrentosa, olvidando todos los beneficios recibidos; éste es el pecado de los hebreos) y la ten– tación que les hizo caer en él. Es de notar que cuando dieron muerte a Jesús, aún no había éste terminado su misión, ni había, por así decirlo, redondeado la organización de su Iglesia, que luego acabó durante los cuarenta días que quedó entre nosotros, instruyendo a sus discípulos sobre la forma que debía adoptar su reino, hasta que El vol– viera; lo cual es prueba fehaciente de que truncaron su vida. El castigo de este terrible pecado se levantará cuando todos los pueblos hayan conocido la Buena - 170 -