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«MAIUN ATHAl>. ! EL SEÑOR VUELVE! La actm,,ción del gran Libertador (que ha de ha– cerse preser..te en Sión, según los vaticinios ya dichos de Isafas-San Pablo) será decisiva: «Rescatará, a quienes. sei conviertan, de su rebeldía; alejará de ,laoob todas las •impiedades». Y ¡por :fi::i !, tantos y tan gozosos anuncios me– siánicos, que han esperado siglos, hasta milenios, en– contrarán 1.:.na espléndida realización. Y a un Israel así de «nuevo», digno de su Mesías, corresponderá una capital a tono: 3.-La nue"Ja Jerusalén Lo que era e·sta ciudad para los judíos de antes de la cautividad babilónica, bien puede sugerírnoslo el salmo 47: «Grande es el Señor, y muy digno de alabanza, en la Ciudsc. de nuestro Dios; éste es su monte santo, altura hermosa, «Pondré eu ellos señal, y de ellos enviaré algunos 'escapados' (o su– pel'vivientes) a :as naciones: a Tarsis, a Put y Lud, etc.... (es aquí donde la Biblia de Jemsa– lén -:francesa- pone esta nota: 'Lus identificaciones más p1•obables son: Tarsis, Esraña...'). «Ellos anu::iciarán mi gloria a eso,, pueblos. Y traerán a todos vues– tros hermanos. de todas las naciones. como oblación a Yahvé... , a mi monte santo de Jerusalén... Y también de entre ellos tomaré para sacer– dotes y levitas... «Así, pues, de luna en hma nu®''a, y de sábado en sábado, v.~ndní toda gente a prosternarse ante mí, dice Yahvé» (Is. 66, 18-23). -151-

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