BCCCAP00000000000000000000754

EUSEBIO GARCXA llE PESQUERA No lo fue ya 'de hecho' antes, porque había venido preferentemente para ser «Cordero de Dios que quita los pecados del mundo» ... No lo es todavía ak<Yrct, porque ahora quiere pre– ferentemente mantenerse! en misericordiosa espera... de que le acepten. Lo será ciertamente después, cuando VUELVA, «reenviado» por Dios a su Pueblo (He. 3, 20) y a toda la Humanidad. La Restauración del Pueblo Escogido, que llevará a cabo el gran Rey, debe empezar por la vuelta al ho– gar patrio de todos los «dispersos». Esto de la DISPERSION -'Diáspora' en griego (St. 1, 1 y l.ª Pe. 1, 1)- ha sido algo rigurosamente típico de la historia y destino de Israel. Pueblo como ningún otro, dispersado, desarraigado, sacudido ... ; pero manteniéndose siempre, obstinadamente, vivo e inconfundible. Las pr-imeras grandes dispersiones o deportacio– nes de Israel fueron hechas: hacia el año 722 antes de Cristo, por Salmanasar o Sargón, reyes de Asiria; fue entonces el final del Reino de Israel, o del Norte, que tenía su capital en Samaría; y entre 587 y 582 a. de Cristo, por Nabucodono-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz