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«MARAN ATIIA». i EJL SEÑOR VUELVJ;:I turalmente, en Israel) ... ; pero al mismo tiempo resul– ta que él ya ,rino ... , y a Israel no le sirvió de nada, o de muy poco... La reapi:;rición de Elfas bien puede entenderse en– tonces como desdoblada: primero vuelve 'en Juan Bautista', que parece te– ner su figura, y actúa 'con su espíritu y poder' ((Le. 1, 17) ; y retorna luego, al fin, en persona, para cumplir eficazmentE a favor de Israel una misión que 'en Juan Bautista' sélo pudo ser esbozada: «hacer que los re– beldes vue1v:Jan a la prudencia de los Justos (patriar– cas y demás hombres santos del Antiguo Testamen– to) , y tene, así preparado para el Señor un pueblo en condiciones» (Le. 1, 17) . Aquí hay cabida para muchas posibilidades y no menos con¿eturas. Pero no encuentro descabellado, sin fundamento, el pensar que bien puede ser Elías el g-.ran instrumento de Dios para la Conversión de Israel en el 'final de los tiempos'. Entonces, esa Conversión no seria efecto de la Vuelta de Jesús, sino un hecho previo, de! significa– ción decisiva. 'Bien dispuestd ya su pueblo (Lc.1, 17), el Señor pu-ede presentarse!, para llevar a cabo lo que debe coronar esa Conversión: la Restaiiración de Turael. - 131 -