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EUSEBIO GARC!A DE PESQUERA. convertidos por S. Juan Bautista evitaron entonces el anatema,es decir, el total exterminio de Judea, así también los judíos que convierta Elías al fin del mun– do, evitarán e'l eterno anatema en que incurrirán otros» (Biblia Bover-Cantera). (También en esta nota de la conocida Biblia se incurre en lo que yo considero un error: no distinguir entre 'fin del mundo' y 'fin de los tiempos'; donde tiene sentido la posible reapa– rición y actuación de Elfas, es en el fin de los tiem– pos, no en el otro cuando ya no hay nada que hacer.) De la creencia común en el retorno de Elfas -para w,a última salvación de Israel- participaban los apóstoles de Jesús, y Jesús no la desechó, al menos con suficiente claridad. Los apóstoles hablan de ello un día, y Jesús sólo observa que «Elías ya vino» (en la persona y acción de Juan Bautista); pero hace la observación de una manera (Mt. 11, 14; 17, 11) que no parece excluir el hecho de que el mismo Elías reaparezca en persona cuando llegue la última oportunidad para su pueblo: «Respondió Jesús: 'Elías, ciertamente; ha de venir; a restaurarlo todo. Aunque también os puedo decir, que Elías ya vino; y no le reconocieron, sino que hi– cieron con él lo que les d-io la gana/... Entonces com– prendieron los discípulos que les hablaba de Juan Bautista» (Mt. 17, 10-13). El texto resulta no poco enigmático: Elías tiene, ciertamente, que venir... para restaurarlo todo (na- - ]30 -

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