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«lAARAN ATHA»; j EL SllÑOR VUELVE! de las personas, supondría para Israel, en cuanto pue– blo, el más prodigioso cambio de situación < 1 >. (1) Pienso que aquí estaría el verdadero cumplimiento de la vieja, y espléndida, profecía de Ezequiel, en el cap. 34 de su libro. Dios se cansi:, al fin, de los malos dirigentes de Israel; les recrimi– na y condena por no cumplir como deben con su Pueblo..., y anuncia solemnemente que los va a suplantar: El mismo, con su propia acción de rey-pastor, va i,: hacerse cargo de aquel pueblo tan zarandeado: «Así dice el Señor Yahvé: 'AQUI ESTOY YO. Yo mismo voy a caida,· de mi reóaño y a velar por él. "'Como un pastor mira por su rebaño cuando se encuentra con sus ovejas dispersas, así miraré Yo por las mías'» (11-12 ). Este persona:. :':iacerse cargo de su Pueblo supondrá ante todo con– gregar a los dispe::-sos de Israel, poniendo fin a todas las 'diásporas'... -«Recobraré a mis ovejas de todos los lugares a donde se habían dispersado en día, de nubarrones y nieblas. Las sacaré de en medio de pueblos, las reuniré de todos los países, y haré que de nuevo se asienten en su propio suelo» (12-13 ). Entonces les prodigará toda clase de cuidados, para que se recu– peren los maltredlOs y se afiancen en el mejor estado los que ya tenían buena condición. -«Las pastc•rearé por los montes de Israel, por las hondonadas y por todos los pohlctdos de esta tierra. Las apacentaré en buenos pastos . ..; reposarán en buerws majadas... Yo mismo las apacentaré, y Y o mis– mo las ha:ré rep,s::ir. Palabra de Y ahvé. »Buscaré la neja perdida, haré volver a la descarriada, curaré a la herida y confaróa:-é a la enferma; a la que está buena y fuerte, la guardaré, y la haré pastar con justicia .. ·" (13-16 ). Pero toda esta obra de cabal RESTAURACION de su Pueblo Dios la llevará a térnbo principalmente por medio de Alguien, que saldrá de ese mismo pueblo, en la descendencia de su mejor rey, David: «Yo suscitaré, para ponerle al frente, un pastor sin par, que las apacentará: mi siervo David... Yo, Yahvé, seré su Dios; y mi siervo David, el Príncipe en medio de ellos... » (23-24). (Esto que se dice a favor de los hombres de Israel, se extenderá, naturalmente, a favor de todos aquéllos que se hayan incorporado al 'Israel de Dios', h Iglesia, por la aceptación del Mensaje Salvador de Cristo; ¡ cuántos de ellos tienen que sufrir esa penosa situación de 'diáspora' que es la de sentirse extraños entre gentes que en nada com– parten sus más caras creencias! -125 -

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