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EUSEBIO GARCiA DE PESQUERA solación de Israel», y la también anciana Ana, «pro– fetisa ... , que no se apartaba del Templo, sirviendo al Señor noche y día, en ayunos y oraciones; ésta, des– pués del encuentro con el Niño y su Madre, alababa a Dios y hablaba de Ellos a todos los que esperaban la redención de Jerusalén» (Le. 2, 25 y 36-38), es de– cir, la Consolación de Dios convertida en liberación mesiánica del pueblo elegido, que tanto había de afec– tar a su capital. Mas, a pesar de los anhelos y méritos de los «ver– daderos israelitas» (Jn. 1, 47), la Consolación ofre– cida a Israel con la llegada del Mesías Jesús, en 'la plenitud de los tiempos', se malogró lamentablemente, por culpa sobre todo de los guías (Mt. 15, 14; 23, 16) o dirigentes que estaban al frente de aquel pueblo. ¿Cómo replicará Dios a tal infidelidad? -Con Justicia y con Misericordia. Por exigencias de la Justicia, condena a Israel a una larga expiación... Más porque en El la Misericordia parece sobrepa– sarlo todo y todo lo penetra, ni desecha El para siem– pre a aquel pueblo, ni se vuelve atrás de tantos desig– nios de 'elección' con que le ha distinguido... E Israel va a tener una segunda oportunidad. Se le ofrecerá un nuevo Tiempo de Consolación. Y precisamente con la vuelta del que ya había ve- nido y había sido desechado. - 108 -

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