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64 FR. EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA de puro nerviosismo. Y aquélla era Josefina; la dueña del par de ojos ,grandes, oscuros, llenos de luz interior, cuyo intenso mirar tanto le había impresionado en sus primeras reuniones con las j6venes ; la dueña de aquella voz suavemente acariciadora, que él había escuchado en el confesonario la vísper,a del Do– mingo de Ramos por la tarde, cuando la iglesia olía a laurel y romero. Josefina no había podido cumplir antes su promesa de vcol– ver porque había estado malucha unos cuantos días y en casa la obligaban a cuidarse mucho. Ahora que la tenía delante se di6 cuenta el P. Fidel de que ella era casi como él se la había ima– ginado: de mediana estatura, facciones finas, pero sin una her– mosura ,que :pudiera llamar la atenci6n, figura más bien delgada, pelo castaño ... , y unos ojos ,que físicamente eran su ,mejor te– soro: j había tal vida, tan pura y tan intensa, en su sencillo mirar! Pasados los momentos del ,primer apuro y animada con la familiar confianza que le ofrecía el Padre, la joven empez6 a abrir su •Corazón como tal vez nunca lo había hecho... : su~ ex– traños sueños y aspir,aciones de niña que no puede ccser como las demás», ,porque piensa demasiado, y siente muy hondo, y sueña con nadie sabe qué cosas... ; el distanciamiento y la in– com:prensi6n de los demás, que van acentuándose con la ado– lescenci,a ; no puede intimar con las que son compañeras suyas y podían llegar a ser sus amigas porque a ella le parecen ton– terías y cosas sin sustancia las que a lo mejor entusiasman a las otras, y «las otras» no pueden comprender qué es lo que quiere y qué res lo que sueña ella: ,wPues, hija, ni que fueras una princesa. No sé qué te habrás creído ... ; nadie te entiende, y el mundo parece ;pequeño para ti ... Ya se te bajarán 1os hu– mos» ; dla se va retrayendo cada día más y se refugia -en sus sueños y en cierto sentimiento de superioridad orgullosa; «las otras» la miran eón creciente desvío, o quizá con resentimiento, y le proporcionan pequeños rpincha:ws para hacerle así pagar los pequeños triunfos que eUa obtiene en ciertas cosas... Todo esto había ocurrido en un pueblo de la provincia, donde su padre ,estaba de maestro. Pero llega el día suspirado: Josefina, que apenas ha salido