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650 FR. EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA ¡¡LJna noche tranquila y un final perfecto nos conceda el Señor, Dios omnipotente. ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ·•• .... Vuélvete hacia nosotras, Señor, y aparta tu indignación de nosotras.» Los versículos del salmo 90 resultaban allí particularmente her:mosos: -El que se acoge al amparo del Altísimo, descansará bajo la protección del Dios del cielo. -Dirá al Señor: Tú eres mi defensa y mi refugio; mi Dios, en quien esperaré. -El te cubrirá con sus alas. y confiadamente vivirás bajo sus plumas. -Su verdad te protegerá como un escudo y no te asustarán los miedos de la noche ... El P. Fidel ,escuchaba y contemplaba embelesado: pocas veces habfa asistido a un orar en común que resultase de tan alta ,calidad. Si con aquel orar no se serenaba el aire, serenábanse ciertamente, y mucho, los espíritus. Había que bendecir a la Sección Femenina por la magnífica formación que estaba dando a tantas mujeres de España. Aque– llas chicas de camisa -azul hadan }as cosas de Dios casi mejor que algunas comunidades religiosas, y, desde luego, en prepa– ración litúrgica (y quizá también en conocimiento de la doctrina cristiana) dejaban atrás a las componentes de no pocas organi– zaciones profesionalmente ,((Católicasll. Bajo las banderas que se agitaban más cada minuto al viento de la tormenta, y con la música de fondo de los truenos que por unos segundos llenaban de resonancia estremecedora los ámbitos de aquella naturaleza bravía, resultaban sin par las oraciones crepusculares señaladas por la Iglesia a sus clérigos y religiosos para el fin de cada .jornada: ¡¡A Ti, Creador del mundo, pedímoste al fin del dfa, que con tu f:>iedad de siempre nos guardes y nos defiendas.>>
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