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TEMPORAS DE PRIMAVERA 619 pequeños que se quedan sin madre... : no ,creo que nadie se atreva a criticar semejante ,conducta. Otras no llegaron a •ca– sarse porque el pretendiente o los pretendientes que les salieron al paso no eran de su gusto: t quién puede negar que obraron más o menos razonablemente? ¡ Cuántas casadas andan por ahí maldiciendo el día en que ,conocieron al que ,ahora es su marido, !Y su pesadilla ! Otras, .finalmente, no se han casado porque n9 han podido, porque ning,ún hombre ha hecho caso de ,ellas; y yo ,pr,egunto : ?. acaso es esto motivo suficiente para ,despre– ciar-las y zahe:-i.rlas? No. Si llevan su forzosa soltería con digni– dad o dec•oro, merecen respeto ; y si no saben Hevarla así, lo único que de::>emos tener en ,cristiano hacia ellas es una caritativa compasión. ))Por otra :;:>arte, frente a las solteronas comodonas, egoístas y tal, ¡ cuántas hay que desarrollan una labor admirable ·,en obras de caricad y apostolado l Las catequesis, •cofradías y aso– ciaieiones ,católicas, la limpieza de templos, asistencia a los po– bres, etc.. ek:., se sostienen muchas veces gracias a la abnegada labor de algunas de esas mujeres ,para las que tan frecuente_– mente ,sólo expresamos falta de comprensión y de estima. Pero Dios no ju:z;gar,á lo mismo que los hombres. nEn .fin, ,carísimas oyentes......:iiconcluyó su lección el P. Fidel- ; vosotras todas, ,v:ayais para casadas, o para monjas, o para sol– teronas, haced ahora ,gran honor a vuestra juventud cristiana. Que vuestrc porte externo esté matizado por una ele.g:anciª austera y digna-,ni chicas vulgares, ni .figurines de moda; ni Maritornes, ni muñecas~, y rvuestro interior lleno de Dios. Vuestro cuer.:¡::;o es santo, porque ha sido ,consagrado por los sa– c_ramentos e.e la Iglesia ; y todo vuestro ser, templo del Altí– s1mo. ))No cr,eais que esto .último es una simple consideración pia~ dosa; es una verdad de fe. Lo dijo Jesuoristo, y en sus epístolas lo declara repetidamente San Pablo. Estando en ,gracia de Dios, sois hermosa morada suya. Aquí se fundamenta principalmente la necesidad de guardar una modestia ry pureza ejemplar~s : los templos merecen sumo respeto, y no pueden profanarse ni con descuidos ni ,con acciones indignas.))