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ce ERA COMO UNA FLOR. CUYO AROMA. .. >> Los últimos días de mayo trajeron la despedida del tiempo pascual. En le. gran semana del Espíritu Santo los libros litúr– gicos presenta:)an tres jornadas con este r6tulo: «Miércoles de· las Témporas de Pentecostés... Viernes <le las T,émporas de Pentecostés... Sábado de las Témporas de Pentecostés». Y al final de la misa de ,este te11cer día, una notita del misal advertía lacónicamente: ccAcabada la misa de hoy, expira el Tiempo Pascual». Ningún alma fervorosa y sensible podía leer tal advertencia sin cierto sen:irriiento de pena: ¡ había ,que decir adiós al tiempo -litúrgico más hermoso ! Un tiempo que había emp,ezaqo con las alegres ,:;ampanas de la. Resurre,cción, y pasando a través, de una auténtK:a primavera de gozos espirituales, alcanzaba ahora su coronamiento en la plenitud de Pentecostés. Para celebre.r di,gnamente la despedida de este Tiempo Pas-

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